miércoles, 25 de noviembre de 2009
El verdadero contemplativo
Un verdadero amor contemplativo es siempre auténticamente humilde. Está tan centrado en Dios que se vuelve ciego para todo lo demás. El contemplativo ama a Dios por ser quien es, y al prójimo porque éste es imagen de Dios y templo en que Dios habita. El secreto de ese amor reside en el hecho de que el hombre se siente naturalmente atraído por Dios por ser quien es. Es un impulso espontáneo y totalmente desinteresado. La persona ve únicamente a Dios como el todo de su propia existencia. Como cualquier otro ser vivo, busca ansiosamente aquello que le asegura su existencia. Casi da la impresión de que él mismo tiene algo que ver con el instinto de conservación personal. Tiene dos cosas sin las cuales el hombre no puede vivir: el aire, que le asegura la vida biológica, y Dios, que le asegura la vida espiritual. Cuerpo y espíritu son una sola realidad existencial en el hombre.
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"No debáis nada a nadie, sólo sois deudores en el amor" (Rm 13,8)
Usa el crucifijo . Da testimonio de Cristo Vivo .

Colgate la cruz en el cuello, te protegera de todo peligro, sera tu aliada en la tentacion y espantara todo mal.
Espacios dedicados a Dios.
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VATICAN MUSEUMS 1/3Hace 13 años
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El verdadero contemplativo tiene también relativa facilidad para cumplir el mandamiento del amor al prójimo. Considera a todas las personas como hermanos y hermanas en Jesucristo. Para vivir ese amor al prójimo no tiene necesidad de muchos contactos y encuentros. Su relación informal y ocasional se caracteriza siempre por la sencillez y espontaneidad de actitudes. El contemplativo no tiene enemigos. A todos los tiene por amigos. Cuando reza por los hombres, no se fija en ninguna persona en particular. Su pensamiento se ocupa únicamente de Dios. No tiene espacio para otros recuerdos. Pero cuando reza con otras personas, su devoción y su fervor contagian a las personas del grupo.
ResponderEliminarPedro Finkler AMAR Y CONTEMPLAR