domingo, 22 de mayo de 2011
NO SE DEBE JUZGAR A NADIE
Un hermano pecó, los ancianos se reunieron para juzgar lo que se debía hacer con él, y enviaron a buscar al abad Moisès. Éste fue con un saco agujereado y lleno de arena que se cargó en la espalda, de manera que mientras andaba la arena iba cayendo. Cuando los otros lo vieron le preguntaron: ¿qué significa eso? Él dijo: mis pecados se caen detrás de mi, y yo no me doy cuenta. ¿Y ahora yo he venir a juzgar los pecados de otro? Y los ancianos dijeron: tienes razón.
Abad PASTOR: si quieres encontrar el reposo en este mundo y en el otro, debes decirte constantemente: ¿Quién soy yo? Y no juzgues a nadie.
Abad PASTOR. Le preguntaron: ¿si veo la falta de mi hermano, esta bien que calle? Respondió: cada vez que escondemos el pecado de nuestro hermano, Dios esconde también el nuestro. Y cada vez que denunciamos las faltas de nuestros hermanos, Dios denuncia las nuestras.
Abad PASTOR: No desprecies a nadie, no juzgues a nadie, no digas mal de nadie y entonces Dios te dará el reposo, y tu vida en la celda será sin turbación.
Abad PASTOR: si quieres encontrar el reposo en este mundo y en el otro, debes decirte constantemente: ¿Quién soy yo? Y no juzgues a nadie.
Abad PASTOR. Le preguntaron: ¿si veo la falta de mi hermano, esta bien que calle? Respondió: cada vez que escondemos el pecado de nuestro hermano, Dios esconde también el nuestro. Y cada vez que denunciamos las faltas de nuestros hermanos, Dios denuncia las nuestras.
Abad PASTOR: No desprecies a nadie, no juzgues a nadie, no digas mal de nadie y entonces Dios te dará el reposo, y tu vida en la celda será sin turbación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Usa el crucifijo . Da testimonio de Cristo Vivo .
Espacios dedicados a Dios.
-
-
-
-
-
-
-
-
VATICAN MUSEUMS 1/3Hace 13 años
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario