martes, 17 de abril de 2012
Silencio y oración
Si nos dejamos guiar por el libro más antiguo de oración, los Salmos bíblicos, encontraremos en ellos dos formas principales de la oración. Por un lado, la lamentación y la llamada de auxilio, y por otra el agradecimiento y la alabanza. De un modo más escondido, existe un tercer tipo de oración, sin súplica ni alabanza explícita. El Salmo 131, por ejemplo, no es más que calma y confianza: «Mantengo mi alma en paz y en silencio… Pon tu esperanza en el Señor, ahora y por siempre.»
A veces la oración calla, pues una comunión apacible con Dios puede prescindir de palabras. «Acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.» Como un niño privado de su madre que ha dejado de llorar, así puede ser «mi alma en mí» en presencia de Dios. La oración entonces no necesita palabras, quizás ni reflexiones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Usa el crucifijo . Da testimonio de Cristo Vivo .
Espacios dedicados a Dios.
-
-
-
-
-
-
-
-
VATICAN MUSEUMS 1/3Hace 12 años
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario